La Navidad en la República Dominicana quedó sacudida por una noticia que estremeció al país entero: Vladimir Guerrero padre, uno de los íconos más grandes de la historia del béisbol, enfrenta un grave deterioro de salud… y las leyendas del deporte corrieron a su casa como si se tratara de una emergencia nacional.
Lo que ocurrió anoche en la residencia de los Guerrero fue algo jamás visto.
Minutos después de difundirse la noticia, David Ortiz, visiblemente preocupado, llegó acompañado de un equipo médico privado. Tras él, Pedro Martínez, con rostro sombrío, entró directamente a la habitación donde descansaba Guerrero, sin siquiera saludar a la prensa.
Y luego, en un giro inesperado, Fernando Tatis Jr. abandonó un compromiso en San Pedro de Macorís, tomó un helicóptero y aterrizó en el patio de la casa para llegar lo más rápido posible.
La tensión era palpable.
El ambiente, cargado.
Los fanáticos que se aglomeraron afuera lloraban, rezaban, gritaban el nombre de su héroe.
Testigos aseguran que en un momento, Ortiz salió con lágrimas en los ojos, haciendo que la multitud explotara en especulaciones.
“Esto está feo”, afirmó un vecino que presenció la escena.
Pero el momento más impactante fue cuando Vladimir Guerrero Jr. abrió la puerta para recibir a sus colegas, y al verlo, Pedro y David lo abrazaron como si temieran darle una mala noticia. Ese abrazo ya es viral: un símbolo de dolor, de hermandad, de un deporte que se une cuando uno de los suyos está en peligro.
Dentro de la casa, según fuentes cercanas, se vivió un ambiente de oración, música suave y silencios que helaban la piel. Se habló incluso de trasladar a Guerrero padre a Estados Unidos en un jet médico si su condición empeoraba durante la noche.
Mientras tanto, las redes sociales explotaron:
– rumores,
– oraciones en cadena,
– transmisiones en vivo desde la calle,
– y mensajes de figuras internacionales enviando fuerza al legendario pelotero.
La frase que se repite en todas partes es “que no nos lo quiten ahora”, un reflejo del impacto emocional que Guerrero padre tiene en el corazón del pueblo dominicano.
Aunque la familia ha pedido privacidad, la situación sigue en desarrollo, y se esperan actualizaciones oficiales pronto.
Lo único claro es que esta Navidad dejó de ser una celebración… y se convirtió en una batalla por la vida de uno de los héroes más queridos del país.
