La actriz y productora Florinda Meza, eternamente recordada como Doña Florinda en “El Chavo del Ocho”, ha fallecido. La desgarradora noticia fue confirmada por su pareja actual, quien rompió en llanto al dar la declaración a medios cercanos. El deceso de la estrella de 74 años conmociona a Latinoamérica y pone fin a una vida marcada por el éxito artístico, el amor polémico y una vasta fortuna.

Detalles sobre las circunstancias de su muerte aún no se han revelado oficialmente. Se espera que la familia emita un comunicado en las próximas horas. Fuentes cercanas indican que Meza había mantenido un perfil bajo en los últimos meses, dedicándose a la gestión de la Fundación Chespirito. Su legado es monumental. Junto a Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, creó uno de los fenómenos cómicos más importantes de la historia de la televisión en español. Su personaje de Doña Florinda, con su inconfundible “¡Fue sin querer queriendo!”, se grabó en la memoria colectiva de generaciones.
La vida personal de Meza estuvo siempre en el ojo público. Su relación con Chespirito comenzó cuando él aún estaba casado con Graciela Fernández, generando una controversia que los persiguió por años. Finalmente, contrajeron matrimonio en 2004, permaneciendo juntos hasta la muerte del comediante en 2014.
Tras la partida de Bolaños, Florinda Meza heredó una parte significativa de su fortuna, estimada en 20 millones de dólares. Su patrimonio incluía propiedades emblemáticas como la lujosa Villa Florinda en Cancún, donde Chespirito pasó sus últimos días, y una mansión en Las Lomas de Chapultepec.
La Villa Florinda, valuada en 40 millones de pesos, era un símbolo de su vida en común. La propiedad en Isla Dorada contaba con muelle privado, siete habitaciones y toda clase de lujos. Era el testimonio físico del éxito que alcanzaron juntos.
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Más allá del lujo, Meza enfrentó batallas legales para proteger el legado de su esposo. Recientemente, a través de su abogado, había amenazado con acciones legales contra una bioserie no autorizada sobre la vida de Chespirito que planeaba su hijastro, Roberto Gómez Fernández. Como presidenta de la Fundación Chespirito, dedicó sus últimos años a continuar la obra altruista de su marido. Bajo su liderazgo, la organización canalizó ayuda humanitaria, apoyo educativo y asistencia médica a comunidades vulnerables, transformando su dolor en un propósito solidario.
Su colección de bienes reflejaba una vida de éxito. Poseía una impresionante colección de automóviles de lujo, incluyendo un Volkswagen Safari 1973 que perteneció a Bolaños, así como joyas de alto valor y una selección de bolsos de diseñador que eran la envidia de muchas.
El rumor sobre un nuevo romance, surgido en 2017 tras una foto con un fan en Buenos Aires, fue desmentido categóricamente por ella. “Mi único y gran amor ha sido, es y siempre será Roberto Gómez Bolaños”, declaró en su momento, sellando cualquier especulación. La noticia de su fallecimiento llega en un momento donde su figura había resurgido para nuevas generaciones, gracias a la transmisión permanente de “El Chavo del Ocho” en plataformas digitales. Su talento cómico y su carácter fuerte siguen siendo referencia.
El mundo del espectáculo latinoamericano pierde a una de sus figuras más icónicas. Desde México hasta Argentina, millones de fanáticos lamentan la partida de la mujer que, más allá de la polémica, dedicó su vida al arte y a preservar la memoria del hombre que amó.
Se anticipa que sus restos serán velados de manera privada, conforme a los deseos que siempre expresó de mantener la intimidad familiar en momentos de duelo. La industria guarda luto por una actriz, productora y filántropa cuyo impacto cultural es incalculable.

Su historia, una mezcla de talento, amor controvertido, riqueza y resiliencia, se cierra hoy. Florinda Meza deja un vacío imposible de llenar en la televisión hispana y en el corazón de quienes crecieron con sus risas en la vecindad más famosa de la pantalla.