La celebración del éxito de Santiago Matías en “La Casa de Alofoke” se vio empañada por un tenso enfrentamiento con un fanático durante la fiesta de clausura, desatando un debate sobre el valor del evento y las expectativas creadas. El incidente, captado en video, muestra el momento en que el influyente comunicador expulsa a un asistente tras una acalorada discusión sobre el costo de las entradas y la calidad del espectáculo. Este altercado sintetiza las quejas de varios asistentes que se sintieron defraudados por la promesa de artistas de talla mundial.
El evento, celebrado en la residencia del propio Matías, marcaba su ascenso personal y profesional, una narrativa que él mismo destacó durante la transmisión. “Lo hizo a pulmón en contra de todos los pronósticos”, afirmó, refiriéndose a su propio camino desde condiciones económicas humildes hasta el éxito actual. Sin embargo, la fiesta final, con entradas que alcanzaron los mil dólares, generó una ola de descontento entre un sector de los asistentes.
La principal crítica radica en la percepción de una promoción ambigua sobre los artistas invitados. Muchos compradores esperaban figuras internacionales como Romeo Santos o Bad Bunny, e incluso hubo rumores infundados sobre la posible presencia de BTS. Aunque actuaron artistas como Secreto, Don Miguelo y Gillo Sarante, para parte del público esto no justificó el elevado precio de la entrada, creando una brecha entre las expectativas y la realidad.
El video viral muestra el clímax de esta frustración. Un asistente cuestiona a Matías, quien responde con vehemencia: “¿Cuánto tú pagaste y cuánto tú has gastado para pagarte el doble y sacarte?”. La discusión escaló hasta que Matías, visiblemente molesto, ordenó que el fanático fuera sacado de la propiedad, argumentando una falta de respeto hacia él en su propio hogar y evento.
Analistas del espectáculo señalan la paradoja del situation. Por un lado, defienden el derecho de Matías a manejar su evento y a responder ante lo que considera una provocación. Por otro, cuestionan la coherencia entre el precio, la promoción y el cartel final, especialmente cuando el propio Matías ha criticado eventos ajenos por ofrecer menos de lo prometido. La polémica se centra en si hubo una estafa real o simplemente expectativas mal gestionadas.
El propio Santiago Matías había ofrecido previamente la opción de reembolso a quienes no estuvieran satisfechos y sugirió ver el evento por YouTube, medidas que ahora son reevaluadas a la luz de las quejas. El incidente ha abierto un intenso debate en redes sociales sobre la relación entre los influenciadores y su audiencia, los límites de la promoción y el valor percibido de los eventos exclusivos en la era digital.
Mientras algunos apoyan la firmeza de Matías ante lo que califican de “irrespeto”, otros creen que el reclamo del fanático, aunque quizás exagerado, era válido y expone un error de cálculo en la organización. La fiesta de clausura, lejos de ser el broche de oro perfecto, se ha convertido en un tema de análisis público que trasciende el mero entretenimiento para tocar temas de consumo, expectativa y reputación en el mundo del espectáculo digital.
