La noticia cayó como un golpe inesperado: Fernanda Gómez, esposa de Canelo Álvarez, rompió el silencio y reveló una verdad tan devastadora que ha puesto al campeón mundial en el centro de una tormenta emocional y mediática sin precedentes.
Lo que confesó no solo sacude la imagen del peleador… podría cambiar para siempre la historia del boxeo mexicano
Según fuentes cercanas, Fernanda decidió hablar luego de meses de tensión silenciosa. En un video filtrado —que ya circula frenéticamente por redes sociales— Fernanda aparece con la voz quebrada, revelando que Canelo lleva años librando una batalla secreta, una que ningún rival sobre el ring había conseguido provocarle.
“La gente ve al campeón… pero yo he visto al hombre derrumbarse”, confiesa entre lágrimas.
Detrás de los cinturones, los reflectores y las conferencias de prensa, Fernanda asegura que Canelo ha sufrido episodios de ansiedad extrema, crisis de agotamiento y momentos en los que ha dudado incluso de continuar con su carrera. Peor aún: menciona que injurias físicas mal atendidas y un misterioso dolor crónico han vuelto su día a día un infierno silencioso.
Pero lo más impactante apenas comienza.
Fernanda afirma que en los últimos meses ha sentido “miedo real” por él. Habla de noches enteras sin dormir, de colapsos nerviosos que el equipo del boxeador supuestamente ocultó, y de una decisión desesperada que Canelo habría tomado en secreto:
prepararse para una última pelea que, según él, definirá su legado… o lo destruirá por completo.
En redes, el pánico estalló.
Fans, deportistas y celebridades piden explicaciones. Otros se preguntan si Canelo está en condiciones de seguir peleando. El silencio del propio boxeador solo alimenta las teorías.
Algunos insiders aseguran que Canelo ha tenido episodios de desorientación durante entrenamientos recientes, mientras que otros hablan de un retiro inminente que él mismo se niega a aceptar.
Las críticas y la presión por seguir siendo “el mejor del mundo” parecen haber llegado a un punto irreversible.
Fernanda insiste en que su intención no es perjudicarlo, sino salvarlo.
Dice que ama al hombre, no al ídolo, y teme que la imagen del campeón esté consumiendo la vida de su esposo:
“Ya no sé si Saúl está peleando contra sus rivales… o contra sí mismo.”
Mientras tanto, los promotores guardan silencio. Los rumores de cancelación de contratos millonarios crecen.
México entero contiene el aliento.
