En cuestión de horas, el nombre de William Levy se convirtió en tendencia mundial acompañado de una palabra que heló la sangre de millones: muerte. Una publicación errónea de la revista mexicana Starm desató una avalancha de mensajes de despedida, lágrimas digitales y teorías alarmantes. Para muchos fans, fue como perder a un ídolo sin previo aviso. El silencio inicial solo empeoró la angustia.
Las redes ardieron. Videos de homenajes improvisados, recuerdos de Triunfo del amor y Cuidado con el ángel, oraciones y mensajes desesperados se multiplicaron a una velocidad brutal. Algunos aseguraban “fuentes cercanas”, otros hablaban de un supuesto accidente oculto. La noticia falsa tomó vida propia, demostrando lo fácil que es matar a alguien… al menos en internet.
Horas después, llegó el giro inesperado: William Levy estaba vivo, ileso y completamente ajeno al caos. El actor desmintió los rumores, provocando una mezcla de alivio e indignación. Fans pasaron del llanto a la rabia en segundos, señalando el daño emocional causado por una mentira irresponsable. Lo que parecía una tragedia terminó siendo una bofetada a la credibilidad mediática.
Este episodio dejó una lección inquietante: en la era digital, una fake news puede “matar” a una celebridad en minutos. William Levy sigue trabajando, respirando y creando, pero el susto quedará marcado en la memoria colectiva. Porque esta vez no fue una telenovela… fue un recordatorio brutal de que la desinformación también deja víctimas.
