¡República Dominicana está viviendo un terremoto mediático gracias a la pareja más comentada del momento: La Perversa y Michael Flores! Lo que comenzó como un romance criticado y “con fecha de vencimiento” ahora se ha transformado en un capítulo tan sorprendente, tan emocional y tan polémico que tiene a todo el país pegado a las redes.

Todo estalló cuando ambos fueron captados entrando a una boutique exclusiva para comprar ropa de diciembre para los hijos de La Perversa. Los empleados del lugar aseguran que la presencia de la pareja paralizó el ambiente: Michael, serio y decidido, no dudó en desembolsar más de 150,000 pesos en prendas infantiles de lujo, escogiendo cada pieza como si se tratara de sus propios hijos. La escena tomó un giro más fuerte cuando una de las vendedoras reveló que Michael pidió “las piezas más caras y resistentes”, diciendo que quería que los niños “se sintieran como reyes”.
El gesto, que muchos describen como excesivo y otros como un acto de amor puro, provocó un tsunami de reacciones en redes sociales. Miles de usuarios quedaron impactados, no solo por el gasto, sino por la actitud protectora y comprometida de Michael, un hombre que semanas atrás muchos consideraban un simple “amor de reality”.
Las cámaras captaron a La Perversa sonriendo, pero también con una expresión que varios interpretaron como emoción contenida. Según testigos, ella llegó a decir:
“Nunca nadie había hecho algo así por mí y mis hijos.”
Una frase que alimentó aún más el revuelo y puso a la pareja en el centro del huracán mediático.
Pero lo más explosivo vino después.

Fuentes cercanas aseguran que este gesto no es aislado: Michael habría estado teniendo conversaciones serias con la familia de La Perversa, buscando “un lugar real” en la vida de ella y de los niños. Algunos familiares incluso comentaron —off the record— que él está decidido a asumir un rol paterno, lo que dejó a todos boquiabiertos.
Mientras tanto, en redes sociales se libra una guerra:
– Unos celebran a Michael como “el hombre que necesitaba La Perversa”,
– otros lo acusan de querer “comprar afectos”,
– y los más escépticos dicen que esto podría terminar mal si la presión sigue aumentando.
Lo cierto es que, entre aplausos y críticas, la pareja se ha mantenido firme. Se les vio salir de la tienda tomados de la mano, ignorando cámaras, comentarios y flashes, como si el mundo alrededor no importara.
Ahora diciembre llega con un ambiente de expectativa máxima. ¿Vendrá una pedida de mano? ¿Una mudanza definitiva? ¿O un giro inesperado que nadie vio venir?