Jean-Claude Van Damme, el imparable titán de las artes marciales y la leyenda viva de Hollywood, acaba de detonar una bomba emocional que nadie vio venir. Con el rostro desencajado y la voz quebrada, el actor confesó que los 26 años de matrimonio con Gladis Portugués no fueron una historia de amor… sino un infierno que él mismo creó, un tormento silencioso que lo persiguió incluso en lo más alto de su fama mundial.

En un estremecedor video, Van Damme dejó caer la máscara del héroe invencible y mostró, quizá por primera vez, al hombre roto que había estado oculto debajo. “Amé a Gladis… pero fui yo quien destruyó su mundo”, murmuró mientras luchaba por contener las lágrimas. El silencio que siguió fue más devastador que cualquier golpe que haya lanzado en pantalla.
Según sus propias palabras, mientras Hollywood lo coronaba como “el rey de las patadas imposibles”, su vida fuera de cámara se convertía en una espiral de excesos, adicciones y decisiones impulsivas. “Era un dios para el público… pero un fantasma en mi propia casa”, reveló. Su arrogancia, alimentada por el éxito, lo llevó a despreciar lo que más debía haber protegido: a la mujer que lo sostuvo cuando él mismo no podía mantenerse en pie.

Van Damme confesó episodios desgarradores jamás contados: noches de desapariciones, discusiones que terminaban en destrucción y un hogar donde el amor fue reemplazado por un silencio tan denso que, según él, “podría haberse cortado con una navaja”. Los rumores de infidelidad, antes solo especulaciones, hoy cobran vida en su relato: “Yo veía sus lágrimas… y aun así me iba. No era un hombre, era un huracán arrasando todo a su paso.”
El momento más impactante llegó cuando admitió que una noche, en pleno ataque de ansiedad y adicción, pensó que perdería la vida. Esa experiencia lo obligó a mirarse al espejo… y no reconoció al monstruo que había creado. “La fama no te hace fuerte. Te mata lentamente. Te roba el alma”, sentenció.
La separación de Gladis fue el golpe final. “No lloré cuando se fue. Había usado todas mis lágrimas años antes, mientras la veía derrumbarse por mi culpa.” Desde entonces, Van Damme cayó en un abismo aún más oscuro, intentando anestesiar el vacío con fiestas, noches interminables y decisiones que casi destruyeron su carrera y su salud.

Hoy, con más cicatrices internas que externas, Jean-Claude asegura estar librando la pelea más brutal de su vida: la de recuperar su humanidad. Ha comenzado a hablar sin filtros sobre su pasado, sus adicciones y la batalla mental que ocultó durante décadas. “No busco que Gladis me perdone… Solo quiero que el mundo sepa que el verdadero enemigo siempre fui yo.”
La historia de Van Damme se ha transformado en un terremoto emocional que reescribe para siempre la imagen del héroe invulnerable. Ahora, el hombre detrás de la leyenda intenta reconstruirse desde cero, consciente de que algunas pérdidas nunca podrán repararse… y de que su mayor combate aún no ha terminado.